domingo, 4 de mayo de 2008

Zapatitos de mi cabeza


Estoy sentada frente a la pared de una habitación de madera, mi cuerpo está incómodo, como si estar con las piernas abiertas dobladas hacia atrás, sobre un cojín redondo y duro, fuese una postura que la memoria de mi cuerpo no logra reconocer.


Escucho la voz suave de un hombre, que no veo porque esta detrás de mío: “debes poner tu columna derecha, baja el mentón y tus orejas alinéalas con los hombros”.

Mi pensamiento rápido es: “quiere decir que mi columna no esta derecha como yo lo creo?” Su mensaje llega en un buen momento, es lo que necesito escuchar, una guía, pero mi voluntad esta a prueba!…trato de mantenerme en la posición, sin embargo, el peso de la inercia acaba con su reciente ayuda.


Comienzo a desesperarme, no sé cuánto tiempo llevamos así. Mis piernas están dormidas, hormigas recorren mi cuerpo. Por qué sigo aquí? Con esta gente que no conozco?, qué busco? Por qué sigo pensando, si la tarea es no pensar?...

Ahora si, ahora si me concentro otra vez, no puede ganarme un ejercicio como tantos otros…me concentro en mi cuerpo, respiro y permito que el bajo vientre se infle primero y luego el pecho. Como una onda armónica, siento que una ola entra y mueve mi cuerpo. Imito la respiración de un bebé. Consciencia de mi cuerpo. Si un pensamiento llega otra vez, lo dejo partir tan suavemente como él llego……


Sin ninguna noción del tiempo, comprendo que no estuve aquí. Ahora, estoy de vuelta. La voz suave del hombre me hace volver a conectarme con mi “ser pensante”. Hasta hace algunos instantes no era yo…desconozco donde estuve, pero no es el momento de buscar explicaciones, poco importan ahora. El, como en una sincronía perfecta, dice: “solo necesitamos algunos segundos para volver al estado natural, esos segundos son suficientes para descansar”. Sus palabras representan lo que pienso y siento ahora, es exactamente eso.


Descansé, mi cuerpo es mas ligero, mis pesadillas con las que vine hasta este lugar, ya no son las mismas. Llegué con la idea que estaba volviéndome loca, que ver pequeñas luces blancas que se prenden y apagan detrás de las personas, es un síntoma grave. Que ver bolitas negras volando en circulo sobre mi, mientras estoy acostada sobre mi cama, es lo peor que puedo haber visto. Y mas encima negras!


La voz del hombre interrumpe mis pensamientos, su voz clara pregunta: quién recuerda cómo dejo sus zapatos antes de entrar a la habitación? Están ordenados?…En silencio, trato de recordar y mi respuesta es No sé, no recuerdo como los dejé.Su voz cruza mis pensamientos otra vez, diciendo: “según como dejamos nuestros zapatos, como mantenemos nuestro entorno, es como organizamos nuestras ideas” …


Hoy he descubierto dos cosas fundamentales para mi tranquilidad interna. La primera, es que no importa cuantas ideas tenga, lo esencial es estar consciente que ellas están aquí conmigo y que un pequeño viaje, como el de hoy, puede aliviar el peso del equipaje. Hoy me he liberado de algunas ideas que cargaban mi columna.

La segunda, es que no quiero buscar mas explicaciones, en cada búsqueda de lo lógico, de por qué a mi, es justamente en ese momento cuando me vuelvo loca. Hoy solo soy.

Gracias,

AguaMiel

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